domingo, 27 de mayo de 2012

la normalidad de la custodia compartida

Muchas parejas jóvenes se están separando con este régimen, ante la situación de la separación se ponen de acuerdo para seguir con sus vidas en viviendas diferentes, pero sin hacer grandes cambios para los niños, mantienen los colegios, las actividades extraescolares, las rutinas...aunque se van cambiando, por ciclos a casa de papá o casa de mamá.
Acerca de los problemas para ellos y la adaptación he escrito anteriormente. Las ventajas son grandes: acuerdo de los padres, los mínimos cambios posibles para los hijos, disminución de los conflictos y la tensión de una separación problemática, los niños mantienen todas sus relaciones y contactos con padre, madre, familias de ambos, amigos, etc.
Se llega a un acuerdo con mucha más tranquilidad, el período de adaptación es mucho más pequeño y se minimizan "los traumas" para los hijos.

jueves, 16 de febrero de 2012

El día a día de la custodia compartida: segunda parte

La otra parte afectada de este sistema de funcionamiento familiar son los hijos.
en primer lugar si los hijos van cambiando de domicilio periódicamente esto tiene un impacto importante en todo su funcionamiento, tanto físico como psicológico, incluso moral o social.
Cada casa tiene una disposición en el espacio, unos muebles, una luz distinta, unas dependencias, unos electrodomésticos, una sistema de calefacción, unos grifos, una disposición de la ropa... y así podría escribir durante horas.
Las personas necesitamos acostumbrarnos a nuestra vivienda, nuestros objetos personales, etc. y estos niños y niñas, estos chavales, se turnan entre dos hogares y tienen que adaptarse constamente a DOS distintos.
Imaginemos por un momento que nos mudáramos de casa, constamente, periódicamente, sería un fuerte estresor para cualquiera de nosotros y para ellos no es más fácil, lo que ocurre es que se quejan menos.
Cada casa tiene unas "personas" que conforman el núcleo de convivencia, con sus hábitos, manías, formas de ser y de nuevo tienen que adaptarse a todo ello.
Por si todo esto fuera poco cada familia pone unas normas a la hora de convivir y relacionarse, lo que en una casa es normal, en la otra está mal. Así que ellos se pueden encontrar descolocados y sin saber que hacer. En cada sitio les dicen una cosa, les permiten unos comportamientos y les castigan otros. Si uno ha tenido la experiencia de tener varios "jefes" todos con el mismo poder sobre nosotros, podemos imaginar lo que puede llegar a ser tener dos figuras "paternas" y dos "maternas". Y si además entre ellos se llevan mal, incluso pueden llegar a tener fuertes conflictos, ya es como para desesperarse.
Luego, cada familia tiene sus entorno social y todavía se complica más el cuadro, por si aún no era suficiente, más personas, más normas, más valores, más complicaciones.
Una vez presentadas todas las dificultades de padres, hijos, parejas nuevas, familias... voy a ir proponiendo soluciones a todo esto, desde la experiencia de las personas con las que he trabajo y la mía propia.

miércoles, 15 de febrero de 2012

EL DÍA A DÍA DE LA CUSTODIA COMPARTIDA: primera parte

Me gustaría plasmar aquí las dificultades reales de los niños que viven en regimen de custodía compartida. Las dificultades de los padres. Y ayudar así a plantearse lo que puede significar tomar esta decisión y una vez tomada, como llevarla lo mejor posible para todos.
La primera dificultad para los padres es la organización del día a día, teniendo como primer objetivo cubrir las necesidades de los hijos, tengan la edad que tengan, van a tener que ajustar TODA SU VIDA a esta situación con la que conviven, por voluntad propia o impuesta por las circunstancias.
Hay que mirar con mucha atención lo que es la cotidianedad de sus hijos para alterarla lo menos posible. Y además cubrir todas sus necesidades de atención, de formación, sociales, familiares, de salud, de actividades...
Nuestros hijos dependen de nosotros y de lo que hagamos todos los días, va a depender su desarrollo y en gran medida su futuro. Son personas bajo nuestra responsabilidad y están a merced de nuestros actos y de nuestras decisiones. Y esto es algo fundamental con lo que tenemos que contar siempre a la hora de funcionar con ellos.
Otra importante dificultad es que los padres separados, con vidas distanciadas, con frecuencia con malos sentimientos hacia la otra persona, se ven abocados a tomar decisiones conjuntamente constamente.
El esfuerzo es considerable y resulta irremediable tener que renunciar a nuestras individualidades, sintiéndonos arrastrados en algunos momentos a ceder más de lo que queremos.
Luego están las otras personas que nos rodean, nos dan consejos, nos piden tranquilidad, quieren vernos felices, les cuesta sacrificar momentos, recursos económicos, aceptar las decisiones de la otra parte, porque les implica directamente y sufren, cargan y se frustran a menudo. La antigua pareja se convierte en una constante fuente de estrés.